Unas líneas sobre uno de los pueblos próximos a Bukaru Camp, los dowayo o namchis, que viven en los alrededores de Poli. Fué el antropólogo inglés Nigel Barley quien los situó en el mapa al descubrir sus ritos y costumbres en la novela «El antropólogo inocente» (Anagrama). Libro de antropología, con elevado tono de humor y que recomendamos a los africanistas y amantes de este planeta.
Los dowayo se rigen por un sistema de castas. En lo alto están los «brujos de la lluvia», seguidos de los dowayo corrientes y en un último nivel los herreros a los que se les considera culpables de algunos males.
Cuando un dowayo muere se envuelve el cadáver con la piel de vacas sacrificadas para la ocasión, antes de enterrarlo. Pasadas unas dos semanas el cadáver es desenterrado, se le quita la cabeza, se la examina para ver si ha estado sometido a brujería y se coloca en una olla que hay en un árbol. Finalmente, si el cráneo es de un hombre circuncidado, se sitúa en un descampado que hay detrás de la choza de las calaveras y si es de una mujer se devuelve a la choza donde ella nació para que de ese modo el espíritu descanse.
Es muy importante que un hombre dowayo sea circuncidado tenga la edad que tenga. La circuncisión se realiza entre los diez y los veinte años y se le practica a todos los jóvenes de la aldea en grupo; consiste en arrancar la piel del pene en toda su longitud. Después pasan nueve meses aislados de las mujeres a las que se les oculta todo lo relacionado con la circuncisión y nunca pueden ver un pene que no esté circuncidado.
Este texto está extraído de la guía sobre Camerún de Joan Riera, antropólogo, amigo africanista persuasivo y culpable de esta entusiasmante iniciativa.
Os invitamos a que continuéis disfrutando de esta aventura que nos tiene entusiasmados.
The Bukaru Team